La vida de mi padre siempre ha estado marcada por una imparable obsesión por ser útil.
Tal y como ya te conté anteriormente en el primer artículo de la serie Como ser Millonario, mi padre emigró a Francia para trabajar como albañil en la industria de la construcción aun sin ser mayor de edad. Una vez estando allí supo que no podría trabajar en ese sector hasta cumplir la mayoría de edad, así que se preocupó por buscar otra alternativa de inmediato y así es como terminó por tener un puesto de mensajero en la oficina del director de obra.
Es increíble que en unas cuantas semanas se convirtió en el ayudante personal del director y eso que ni siquiera hablaba francés.
Después de un tiempo de trabajar en Francia y ahorrar lo suficiente para viajar a América, regresó a España a hacer el servicio militar, algo que en aquella época era obligatorio para todo hombre. En aquel momento la duración del servicio militar en España era de 18 a 24 meses y podía ser algo llevadero o muy pesado dependiendo de la habilidad de cada recluta. Para mi padre fue una experiencia más de vida y algo perfectamente llevadero. Una vez terminado el servicio militar viajó a México para emprender con sus hermanos, quienes ya estaban allí.
Ya en México se preocupó por trabajar rápidamente, por ser útil en casa y en los negocios, poco a poco fue mirando las áreas de oportunidad que tenía a su alcance, estaba siempre al tanto de las cosas que podían mejorar y empezó a corregir esas deficiencias, todo esto sin que nadie le dijera nada.
Cosas simples como preparar las nóminas desde temprano para que cuando llegara su hermano todo estuviera listo y él ya no tuviera que hacerlo, o hacer expedientes para cada proveedor de forma que fuera más simple el control de inventarios y pagos pendientes, o ir temprano al banco por cambio para tener suficientes monedas y billetes de todas las denominaciones para poder dar cambio a los clientes, entre un sinfín de pequeñas cosas que podían mejorarse y que él fue mejorando.
Conforme pasaba el tiempo cada vez se volvía más necesario, aquellas nóminas que su hermano preparó siempre hasta la llegada de mi padre ahora parecían una pesadilla que nadie quería hacer. Los días de vacaciones de mi padre o cuando por alguna razón no estaba para preparar las nóminas su hermano sufría y se estresaba; se había acostumbrado a que esa actividad que siempre fue su responsabilidad ahora podía ya no serlo gracias a que mi padre se lo había quitado de encima, y así con una infinidad de cosas que mi padre había tomado bajo su control para facilitar la vida de su hermano y el mejor funcionar de la empresa. Y esta forma de pensar se reflejaba en todas sus áreas de vida.
Desde niño recuerdo como mis padres me decían que debía levantarme temprano, que podía descansar y jugar una vez que terminara la tarea y los pendientes de la casa, pero no antes.
"Se descansa sobre lo trabajado" es una frase que solían decir mis padres. También recuerdo cómo me decían que no importaba si mis calificaciones eran buenas o malas, lo importante no era el resultado, sino el esfuerzo.
Obsesionarse por ser útil es uno de los hábitos de la riqueza que enseño en mi libro "¿Quieres ser Millonario? Yo te enseño". Si quieres saber más, cómpralo en esta web o en cualquiera de los canales de distribución autorizados.
Una muestra de la dedicación que te caracteriza, mi estimado amigo.
Totalmente de acuerdo contigo.