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Hacer lo mínimo necesario o específicamente lo solicitado





¿Qué diferencia a unas culturas de otras?


Es una pregunta muy pero muy abierta y la respuesta son un sinfín de cosas, pero lo que hoy traigo a tu atención es algo que diferencia drásticamente a muchas culturas europeas y a los americanos de la cultura latinoamericana.

En mi día a día lidio con decenas de personas que trabajan para mí y casi siempre veo la misma dinámica, la gente en México hace sólo lo que has pedido, aún cuando lo que pudieras haber pedido genere alteraciones en otras áreas que esas mismas personas controlan y que obviamente pueden ver y saben que se verán afectadas. Los ejemplos son muy variados y sus alcances prácticamente ilimitados, pero es parte de la cultura de este país y algo que en lo personal me frustra mucho. Es además algo que no sólo depende de preparación académica o extracto social, todos por igual son similares en esto, es un tema cultural.

Déjame darte algunos ejemplos para que pueda transmitirte a que me refiero. Hace unos días desayuné en uno de los restaurantes que tenemos en el grupo. Pedí 4 claras de huevo con jamón (de cerdo por supuesto), pan dulce y café. El mesero que me atendió debe haberme servido ya decenas de veces y sabe que no pongo ningún tipo de endulzante a mi café, pero igual trajo los sobres de endulzantes (quién se dedica a servir y tiene un cliente frecuente debe tener como una de sus tareas principales el conocer a sus clientes). El cocinero ya sabe como me gustan los huevos pero como está acostumbrado a utilizar aceite vegetal para la mayoría de los platillos, preparó mis huevos con ese aceite en lugar de aceite de oliva que es como a mí me gusta y como diría el viejo de El Hoyo (si no has visto la película está en Netflix), obvio yo distinguí rápidamente que el sabor no era el de oliva. La cantidad de sal me pareció poca (ya después supe que no le pusieron porque les ha pasado que con él jamón se les salan). En fin, una experiencia regular.


El cocinero que me hizo los huevos ya me ha visto preparar huevos en 2 ó 3 ocasiones (todas en una mini clase que he decidido darle para que haga unos huevos que valga la pena comer), y ese día fue otra mas de las clases, ya que después de comer los huevos regulares que me preparó decidí preparar otros para recordarle como se preparan unos huevos que de gusto probar, y como yo ya había comido le pedí que los comiera él y degustará un desayuno como el que yo había pretendido comer (ya estoy dudando si los hace regulares para aprovechar que siempre termine yo preparando unos para él).


En mi oficina con frecuencia vivo situaciones similares. Resultados que se quedan justo un paso antes de completamente satisfactorio o resultados mediocres.

Durante las últimas semanas logré la aprobación de un trámite con el que he sufrido por muchos meses. Un trámite de construcción que debería haberme tomado 60 días pero que por como son las cosas en esta Ciudad de México me llevó poco más de un año. Obvio (nuevamente como diría el de El Hoyo) con la respectiva corrupción que según los que gobiernan ya no existe, pero que quienes hacemos negocio sabemos que está presente igual que estuvo siempre solo que ahora además es mas torpe por el miedo que tienen los funcionarios de ser sorprendidos por alguno de los cuasi-curas y líderes religiosos que hoy dirigen el país y la Ciudad.


En fin, resulta que quien se encarga de esto en mi oficina sabía por mí desde el mes de diciembre pasado que finalmente íbamos por buen camino y que estábamos cerca de lograr la aprobación, después vino la pandemia y ciertos procedimientos y trámites suspendieron términos y eso nos retrasó un poco más de lo planeado, pero estábamos ya en la ruta correcta. Hace sólo unas semanas salió la aprobación y acto seguido solicité a mi gente presentar de inmediato otro trámite necesario para ese mismo proyecto y que no habíamos podido ingresar porque dependía de esta aprobación que finalmente obtuvimos.


¿Cuál fue la respuesta de quien se encarga de esto en mi oficina?

No podemos ingresar aún porque tenemos vencidos un par de documentos necesarios para ingresar este trámite. A lo que obviamente respondí ¿Cuándo se vencieron? Febrero y Marzo de este año. Osea que en diciembre sabíamos que estábamos por obtener la aprobación y que el paso siguiente era este procedimiento, también sabíamos (porque tenemos check-lists para esto y un sinfín de procesos) que estos documentos hoy vencidos eran necesarios. ¿Por qué no ingresamos la renovación un mes antes de su vencimiento? La respuesta, se me pasó.

Otro ejemplo que viví en días pasados fue en el área de contabilidad. Preparamos estados financieros para presentar en algunos trámites y la institución que nos solicitó los informes nos pidió unos cambios en la presentación de uno de los estados presentados, lo cual mi gente preparó en unos cuantos minutos y me pasó a firma. Una vez que lo revisé me surgió una pregunta obvia (genial este personaje de El Hoyo), ¿este dato modificado no afecta este otro formato que no me pasaste modificado? La respuesta del profesional de esta área, que por cierto tiene muchos mas estudios y experiencia que yo en esta materia, claro!, ahora lo cambio y te lo paso a revisión.


¿Por qué estos profesionales no se anticipan a los problemas o consecuencias de ciertos actos o decisiones?, ¿Por qué no aprenden de sus errores o de las enseñanzas que van teniendo?, ¿Por qué no son capaces de ver lo Obvio?

Como ya te conté hace algunas semanas en otro artículo, recientemente estuve en San Diego y tuve oportunidad de ver y vivir el manejo de la pandemia por parte de los americanos, bueno, por lo menos por parte del Estado de California. Hay tantas cosas que ví mejor comparado con el manejo que veo por parte del gobierno de la CDMX!, aunque en realidad no me sorprende nada, allá se preocupan por atender el problema en su fondo, aquí nuestros políticos se preocupan más por atender el problema en la percepción de la gente, ósea en su forma y no en su fondo.

En México los comercios tienen la obligación de tomar la temperatura a los clientes, allá no. Cuando originalmente leí los lineamientos que debíamos cumplir los comercios en CDMX para reabrir, me pareció que tomar la temperatura era una medida adecuada. Ahora que estuve en USA y vi que ningún comercio lo hace, pregunté por qué y la mayoría de las respuestas que obtuve se centraron en las mismas cuatro respuestas. Es una medida completamente innecesaria por varias razones, pero principalmente porque:


  1. La temperatura tomada por un termómetro sin contacto es menos eficiente que la de un termómetro de contacto...

  2. La temperatura tomada en brazos o manos es menos adecuada que la tomada en la frente o cuello y mucha gente no quiere lasers a cada rato en esas partes de su cuerpo...

  3. La gente que tiene temperatura no se siente con ánimo para salir a un centro comercial o un restaurante, lo que quiere decir que no estarán en comercios y...

  4. En USA somos responsables y si sentimos síntomas de Covid nos quedamos en casa.

Vi otros contrastes interesantes, allí ningún restaurante puede dar servicio en el interior, en ninguna proporción de mesas, simplemente no pueden. Allá los restaurantes sólo pueden dar servicio a domicilio, para llevar y en terraza. La pregunta obligada es ¿y si no tienes terraza? Pero la respuesta a esta pregunta obligada es sorprendente.


El gobierno local otorgó permisos temporales (y sin mayor trámite que un aviso digital) para que los restaurantes tomaran parte de la calle (no la banqueta, la calle - por donde circulan los coches!) para instalar enseres que permiten dar servicio al público en forma de terrazas como las que hay por toda Europa. Si el restaurante está en un centro comercial de los pequeños de ciudad que tanto hay en USA (street malls), entonces tomaron parte del estacionamiento del mall para montar estructuras de madera muy agradables, con sombrillas y plantas que las han convertido en terrazas temporales donde dar servicio a sus clientes.

Los parques están abiertos, no como aquí que tenemos muchos parques cerrados o acordonados, pero los cines, los teatros, las salas de conciertos y los centros comerciales están todos cerrados, allá claramente están pensando con mucha inteligencia y no si las medidas tomadas son populares o no. La industria restaurantera y los comercios generan muchísimos empleos, así que el gobierno se ha dedicado a pensar como favorecer para que esas industrias se mantengan a flote al mismo tiempo que protege a la gente para que los contagios estén contenidos.

Tengo amigos con restaurantes allí, por cierto, si vas próximamente te recomiendo que pruebes dos de ellos, Flap your Jacks, conceptazo de mis amigos Ilan y Marcos y Parakeet Café, una cadena de restaurantes orgánicos de una familia de empresarios mexicanos con mucho talento.


Ambos grupos me dijeron lo mismo, acá la nómina no es un problema porque el gobierno se encarga del seguro de desempleo y la renta de los locales fue una negociación que cada uno tuvo con sus respectivos caseros y en todos los casos llegaron a fórmulas adecuadas. En México por el contrario tenemos al presidente diciendo en una conferencia pública que los empresarios que no paguen la nómina de sus empleados son malas personas y serán perseguidas legalmente.


Cuándo el presidente de un país sale a decir públicamente que tienes que pagar nóminas (y impuestos, y predial, y seguro social, y luz, y agua - todos estos al gobierno por supuesto) o serás perseguido legalmente aún cuando no tengas recursos para hacerlo, y por ley estás obligado a permanecer cerrado; lo que realmente está diciendo es que el país que él dirige es un país donde desde los mas altos niveles nos limitamos a hacer lo que tenemos enfrente sin pensar en sus consecuencias y Obvio sin pensar en adelantarnos a ellas.

Tal como algunos de mis colaboradores resuelven un trámite mientras dejan que otro venza o cambian un documento mientras ignoran que ese cambio afecta otro, nuestros políticos igualmente resuelven un problema (salarios de los que menos tienen y recursos para el gobierno) mientras ignoran otros (empresas que son quienes dan trabajo y que seguramente quebrarán y por tanto dejarán de dar trabajo).

Allá los restaurantes pudieron instalarse en las calles, allá los salarios de los negocios cerrados los paga el gobierno. Acá no pensamos así y eso se ve reflejado en todo lo que nuestra cultura logra y representa. México tiene mucho que enseñarle al mundo, pero también tiene mucho que aprender y una de las cosas que deberíamos estar aprendiendo por nosotros mismos es que rara vez es suficiente con hacer lo que te han pedido o lo que tienes enfrente, la mayor parte de las veces debes pensar en las consecuencias de ese acto y adelantarte a lo que pasará si haces o dejas de hacer algo.

Por leerme gracias, hasta la próxima.

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