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Primero Egoísta. Después Altruista.

Actualizado: 24 ene 2022



“Juro por mi vida y mi amor por vivir, que nunca viviré por el bien de otro hombre ni pediré a ningún hombre que viva por mi bien.” Ayn Rand.

Ser egoísta es malo si tu egoísmo perjudica a los demás o excluye de tu vida a tus seres queridos y cercanos, pero existe un egoísmo racional que no afecta a nadie, que no excluye a aquellos que forman parte de tu vida y que te permita alcanzar tus metas de una forma más efectiva.


Ayn Rand es una de mis autoras favoritas, de hecho uno de mis libros preferidos es una novela de ella publicada en 1957, La Rebelión de Atlas, un texto que plantea un mundo en el que existen dos tipos de personas, aquellas que consideran que todo les debe ser dado y aquellas que consideran que todo pueden lograr y que no se debe depender de los demás para la subsistencia y el éxito personal.


En el mundo de Rand es necesario pensar por una misma y para una misma, tomar decisiones pensando primero en ti y luego en los demás, pero siempre y cuando no afectes a los demás. Rand propone que hay una serie de derechos inalienables de todo ser humano que es necesario respetar a toda costa, pero si tu egoísmo no viola estos derechos, entonces lo racional y lo esperado es que por tu propio bien seas lo más egoísta posible.


Mi filosofía de vida coincide con la de Rand en muchas áreas y aunque mi capacidad de exponer los conceptos -que ella tan bien ha expuesto- deja mucho que desear comparada con la de ella, esta exposición no es la de ella sino la mía, además que mi ideología no es tan radical ni inflexible.


Tres de los derechos inalienables que ella propone y que expresan gran parte de lo que quiero decirte son:

  1. Todo ser humano tiene derecho a vivir su propia vida.

  2. Todo ser humano tiene derecho al fruto de su trabajo productivo.

  3. Todo ser humano tiene derecho a la propiedad privada.


Ahora bien, cualquier “supuesto derecho” que viole los derechos de otros no es ni podrá ser nunca considerado un derecho. 

El derecho a vivir tu propia vida significa que tienes derecho a mantener tu vida con tu trabajo y en el nivel económico que tus habilidades te lo permitan, pero no a que otros deban proveerte para cubrir tus necesidades.


El derecho al fruto de tu trabajo significa que nadie puede obligarte a trabajar en lo que tú no quieras. Tú eres libre de decidir en qué quieres trabajar si es que encuentras quien esté dispuesto a contratar tus servicios, pero tampoco significa que tienes derecho a un trabajo; solo existe el derecho a un intercambio comercial libre, pero no el derecho a un trabajo, o a un salario, o a un precio determinado si no hay nadie que esté dispuesto a pagarlo.


El derecho a la propiedad privada significa que todo ser humano tiene derecho a tomar las acciones económicas necesarias para hacerse de cosas, para usarlas y para deshacerse de ellas, pero no significa que otros deben proveerte de esas cosas.


El egoísmo racional es precisamente esto, que tu vivas tu propia vida, que tu tomes tus propias decisiones y tu propio camino y que no dependas de la aprobación de los demás ni de la buena voluntad de los demás para hacerte de dinero y eventualmente de riqueza. Cuando supeditas tus decisiones a la opinión de los demás estás empeñando tu futuro en lo que otras personas piensan y no en lo que tú misma piensas.


Este es uno más de los hábitos de la riqueza que enseño en mi libro "¿Quieres ser Millonario? Yo te enseño". Si quieres saber más, cómpralo en esta web o en cualquiera de los canales de distribución autorizados.

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