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Una despedida de Fin de Año





Finalmente está por llegar a su fin un año raro y complicado, un año que se quedó con la vida de muchas personas a nivel mundial. En unos días habrá terminado y empezará uno nuevo, el 2021. Recuerdo como si fuera ayer varios de los memes y twits cuándo empezaba 2020, todos pidiendo un año lleno de salud, dinero, diversión y las imágenes que bromeaban sobre todo tipo de temas. Una de estas imágenes con la que de hecho me identificaba era la del toro que salía con energía desde la barrera mientras el torero lo esperaba firme con su capote a mitad de la plaza - así me sentía listo para recibir el año que empezaba, pero la verdad lo termino como ese meme donde 2020 es un boxeador que noquea a Homero Simpson [yo].


Durante 2020 vi a gente cercana perder a seres queridos por el Covid-19 y a otros perder su trabajo, sus ingresos y sus ganas de muchas cosas. En mi oficina, Liliana, una de las chicas que trabaja conmigo vió morir a su padre por Covid-19. Mirella, alguien con quien llevó mas de 15 años trabajando también vió morir a su padre por esta enfermedad; Paulina, alguien también cercano, vió morir a su tío. Dani, un amigo quien diseña la mayoría de mis proyectos de vivienda también vió morir a su tío. Florencio, el presidente del Centro Gallego de México y amigo de mi familia de toda la vida también fue presa de esta enfermedad y así algunos más cercanos a mí o a quienes me rodean. En 2020 también murió mi tío Ramiro, aunque él por otras causas.


A todos los que vieron a un ser querido irse, incluyendo los que olvidé mencionar, les deseo que no sepan más de penas y que miren hacia adelante sin olvidar a quienes dejan atrás.

En mi casa y en casa de mis padres y hermano no se enfermó nadie, aunque de mi familia cercana sí se enfermaron algunos - afortunadamente ninguno tuvo consecuencias. Yo dejé de ver a muchísima gente que en un año normal hubiera visto y dejé de hacer cosas que hubiera hecho pero que con las condiciones de vida que hubo no me apetecía hacer o me preocupaba hacer. Aun así viajé más de lo que pudiera pensarse en un año con tantas restricciones y tanto miedo a estar en aeropuertos y aviones con otras personas.

El mundo ha cambiado debido a esta pandemia y seguramente cambiará por lo menos un poco mas. Hay cosas que dábamos por hecho, como tener que presionar un botón en una máquina expendedora de tickets de estacionamiento y hoy obtenemos el ticket gracias a un sensor de presencia al que acercamos la mano sin tener que tocar ningún botón, pero hay cambios más radicales como los avances tecnológicos relacionados con el trabajo y la educación a distancia [y obvio no me refiero a las clases por televisión de nuestro no-tan-brillante gobierno], así como la telemedicina; avances que venían desarrollándose de tiempo atrás pero que se aceleraron drásticamente durante este año.

Los apretones de mano, los abrazos y los besos eran una condición sine qua non [condición necesaria] para saludar a la gente al encontrarnos con ellos, algo que cambió dramáticamente durante este año y que en muchas culturas seguramente será un cambio permanente.

Los espacios públicos cerrados con aglomeraciones de gente y más aun los poco ventilados se volvieron zonas restringidas, primero por los gobiernos que fueron prohibiendo estas áreas y poco a poco por muchos de los habitantes mismos que fueron siendo mas cuidadosos y reservados, lo que afectó dramáticamente a una locura de negocios que vieron sus ingresos mermados por la falta de clientes. Como en todo en la vida hay y habrá diferencias de opinión y muchos puntos de vista, pero muchas de las medidas tomadas fueron necesarias para evitar el colapso del sistema de salud, que terminó por ser el gran cuello de botella de esta pandemia.

La mano, esa parte del cuerpo con la que abrimos puertas, preparamos y llevamos comida a la boca, manipulamos nuestro teléfono móvil, escribimos en nuestra computadora, utilizamos el control de la televisión, manejamos, escribimos, nos ponemos la ropa, nos rascamos, nos tocamos la cara y en general utilizamos para manipular objetos, se volvió un gran foco de infección, así que el gel antibacterial y el lavado de manos frecuente se volvieron parte de la vida común. Algo que hasta hace poco era parte de la rutina de médicos y enfermeras en hospitales se volvió parte de la vida cotidiana para toda la población.

La boca y la nariz se volvieron igualmente áreas de contagio, así que el cubrebocas [que es como correctamente debe llamarse aunque indistintamente se le llame también tapabocas] se convirtió en una prenda de uso diario, y aunque aún hay mucha desinformación al respecto, la verdad es que es de esas medidas que es mejor tener a medias que no tener. Me refiero a que no todos los cubrebocas hacen la función que necesitamos en una epidemia de estas características, pero en cualquier caso cubrir la boca con algo que evite que las partículas que emitimos al hablar, cantar, gritar, toser y estornudar salgan disparadas por metros es una mejor medida que no hacer nada.


Habrá muchos cambios que serán temporales y que una vez que superemos esta tormenta desparecerán y habrá otros que se quedarán para siempre.

El trabajo a distancia seguramente cambiará la geografía mundial, desde la dinámica laboral local ya que es probable que muchos edificios de oficinas nunca mas sean rentables bajo ese modelo, hasta la migración de trabajadores entre ciudades y países; hoy hemos validado el trabajo a distancia para una infinidad de disciplinas que hasta hace poco más de 1 año no veíamos posible.

La educación a distancia ha ido creciendo con el paso del tiempo poco a poco, empezando hace décadas con los cursos por correo y consolidándose recientemente con la llegada de internet, pero a partir de esta pandemia seguramente se disparará de una forma exponencial y además modificará los programas de estudio de muchas universidades. ¿Es necesario asistir presencialmente durante 5 años a una universidad? Yo creo que no [por lo menos no por un período de tiempo tan largo]. La tecnología está modificando mucho la dinámica laboral y la oferta de productos y servicios, de forma que muchas disciplinas se están quedando obsoletas y muchas mas se quedarán en años por venir, así que ¿quien quiere estudiar por 5 años algo que 10 años después pudiera ser irrelevante?

Pero no sólo por eso. La educación en una universidad de prestigio es muy cara y los préstamos estudiantiles en países como USA se han vuelto la norma para cualquiera que desee una carrera en una de estas escuelas. En países como México este tipo de préstamos ni siquiera son una opción y la realidad es aún peor porque la educación en escuelas de prestigio está disponible solo para quienes pueden pagarla, que son la minoría. Me parece que un mundo donde la educación no-presencial, aún en universidades de prestigio podría tener un menor costo y estar al alcance de muchas mas personas; y encima ser mas rentable para los profesores y universidades que presencialmente no pueden atender una clase con cientos o miles de personas, pero que en línea quizá si podrían.

La telemedicina [medicina a distancia] también está creciendo de forma importante. Aún recuerdo cuando hace unos 15 años visité el consultorio médico de un crucero por argentina -donde al igual que el Diamond Princess que en Febrero de 2020 asustó al mundo con el primer gran brote de Covid-19 fuera de China-, hubo un brote de un virus que había afectado a una gran parte de la población del barco [en aquella ocasión influenza]. El médico que nos atendió, un escocés muy agradable, nos enseñó varios equipos médicos que le permitían diagnosticar análisis de sangre y otros padecimientos mucho más complejos, todo a través de una plataforma digital que mantenía al barco conectado a un hospital en USA. Hoy eso ya ni siquiera es considerado telemedicina, hemos avanzado muchísimo y esto no parará.

Temas mas simples como una consulta con un psicólogo hoy pueden hacerse perfectamente vía remota sin siquiera tener que salir de casa; y no es que eso no pudiera hacerse antes de la pandemia, sino que hasta hace poco no habían existido razones para que esta forma de actuar tomará relevancia, pero hoy claramente la ha tomado. Empresas como Peloton [https://www.onepeloton.com/] están revolucionando el ejercicio a distancia, permitiendo que sus usuarios compitan con otras personas de cualquier parte del mundo o que tomen clases tal como lo harían en su gimnasio local. Los centros de yoga, pilates, barre y un sinfín de disciplinas que hasta hace poco eran impensables de una forma que no fuese presencial, hoy han perdido relevancia y muchos seguramente nunca reabrirán sus puertas.

Muchas personas se vieron obligadas a hacer saltos tecnológicos que de otra forma no hubieran hecho, me refiero a muchos adultos mayores que nunca hubieran pedido el supermercado por una aplicación en su celular o a través de su computadora o la línea telefónica y que hoy ya lo hicieron obligados por el miedo de estar dentro de un supermercado con mas personas. Así también muchos comercios que no tenían una presencia digital real y mucho menos la opción de envío a domicilio, que reaccionaron y hoy la tienen, lo que desde luego afectará la dinámica comercial en todo el mundo. Tanto en USA como en México hay por ejemplo un sinfín de pequeños centros comerciales de servicios donde la tienda ancla es el supermercado y alrededor de la cual se montan comercios como tintorerías, tiendas de regalos, electrónica, artículos de oficina y pastelerías, entre otros. ¿Seguirán siendo estos sitios un foco de visitantes tan importante como hasta ahora lo fueron?

La industria del turismo ha sido una de las que más ha sufrido durante este año que termina, aunque muchos de los cambios en esta industria me parecen temporales. Casi nadie quiere subirse hoy a un crucero, pero una vez que gran parte del mundo esté vacunado o exista un medicamento eficaz, si veo un mundo con cruceros tal como el que había hasta antes de la pandemia. Lo mismo con los grandes hoteles y complejos de entretenimiento como los parques de diversiones de Disney. Las Vegas hoy está en la lona y muchos portales de apuestas online han ganado popularidad, pero el mundo de las apuestas es como el mundo del licor en el sentido que claro que hay quien bebe solo en casa, pero la mayoría disfruta mas bebiendo en un lugar con más gente donde haya ambiente. Por eso creo que los lugares como Las Vegas se recuperarán tan pronto como los seres humanos estemos tranquilos de estar con otras personas en sitios cerrados.


No sé como será 2021 pero otra vez me siento como ese torero esperando firme con mi capote a mitad de la plaza.

Por leerme gracias, hasta la próxima.

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