La Sociedad y el mundo han cambiado mucho, muchísimo en los últimos 100 años, mas aún en los últimos 25, pero la naturaleza humana no ha cambiado al mismo ritmo, es más, la naturaleza humana es prácticamente la misma de siempre.
Similar a cualquier animal de la naturaleza, nuestros ancestros se pasaban los días cuidándose de depredadores y amenazas, buscando donde refugiarse de la lluvia y asegurando la próxima comida, las cuales no eran abundantes y desde luego no estaban disponibles con solo caminar a la despensa o el refrigerador, como es hoy en día.
Es lógico que con esa realidad, el ser humano haya puesto un valor muy alto en la satisfacción inmediata, en las recompensas medidas en el aquí y ahora. Finalmente pensar a futuro era innecesario e impráctico en una realidad como la que el ser humano tuvo por miles de generaciones.
Y así, nuestros cerebros evolucionaron privilegiando las recompensas inmediatas sobre las de largo plazo.
Los economistas del comportamiento se refieren a esta forma de actuar como Inconsistencia del Tiempo, lo que en la práctica quiere decir que la forma en la que nuestros cerebros evalúan las recompensas es inconsistente a través del tiempo. Valoramos más el presente de lo que valoramos el futuro. En ocasiones esta tendencia es adecuada, ya que que lo que con certeza tenemos ahora es probablemente mas valioso que algo que podríamos tener el futuro (Más vale pájaro en mano que ciento volando). Pero en muchas situaciones nuestro sesgo hacia las gratificaciones inmediatas nos mete en problemas.
¿Por qué alguien fumaría si hacerlo aumenta sus probabilidades de enfermar de cáncer o tener problemas cardiovasculares?
¿Por qué alguien se descuida hasta ser obeso si eso aumenta sus probabilidades de morir más joven y de tener enfermedades y complicaciones de salud que de otra forma posiblemente no tendría?
¿Por qué alguien tendría sexo sin protección si eso aumenta sus probabilidades de contraer una enfermedad de transmisión sexual o un embarazo no deseado?
Si relees las primeras líneas de este artículo, la respuesta a estas preguntas se vuelve clara: Las consecuencias de hacer este tipo de cosas llegan retrasadas, en algunos casos por años o decenas de años, mientras que la recompensa es inmediata.
Fumar puede causarte cáncer en 20 ó 30 años, pero la satisfacción que te da fumar la sientes al momento, la reducción de tu ansiedad y los efectos de la nicotina los palpas instantáneamente.
Comer en exceso puede causarte problemas de salud a largo plazo, pero sacia tus ganas de hacerlo y te satisface tan pronto lo haces.
El sexo, seguro o no, te genera placer al momento, mientras que las consecuencias de una enfermedad no son visibles hasta meses o años después.
Todo hábito produce múltiples resultados a través del tiempo, desafortunadamente estos resultados con frecuencia están mal alineados. Con nuestros hábitos malos el resultado inmediato suele sentirse bien, pero el resultado final con frecuencia es malo. Con los hábitos buenos es casi siempre al revés, el resultado inmediato no se siente bien o por lo menos no se disfruta, pero el resultado final es bueno y suele sentirse bien.
El economista francés Frédéric Bastiat explicó perfectamente esta dicotomía cuando escribió: "Casi siempre sucede que cuando la consecuencia inmediata es favorable, las consecuencias futuras son desastrosas, y viceversa". Con frecuencia, mientras más dulce el fruto inmediato de un hábito, mas amargas sus consecuencias futuras.
Visto desde un punto de vista económico, el costo de tus buenos hábitos lo pagas en el presente. El costo de tus malos hábitos lo pagas en el futuro.
Todo esto que acabas de leer es parte de lo que James Clear tan elocuentemente nos enseña en su libro "Atomic Habits", un pequeño libro que en realidad es un manual de cómo hacerte de hábitos buenos y eliminar tus hábitos malos.
Hace tan sólo unos días que terminé de escuchar el audiolibro "The Everything Store" de Brad Stone, un libro que cuenta la historia de Amazon y su fundador, Jeff Bezos. La verdad no me encantó y después de ser mi cuarto audiolibro al hilo relacionado con la historia de una empresa o de una persona, saturó mis ganas de escuchar mas historias del estilo. Así que me puse a buscar qué escuchar cuando corro por la mañanas y cuando manejo de ida y de vuelta del trabajo, un buen hábito que tengo ya desde hace años.
Así que entré en el portal whatshouldireadnext.com para ver si encontraba algo atractivo. El portal es muy simple, escribes el nombre de un título que te haya gustado o de un autor que disfrutes y ellos te sugieren algo que debería ser de tu agrado. El título que escribí fue "The Power of Habit" de Charles Duhigg, un libro que disfruté leyendo hace algunos años y sobre un tema que últimamente ha resonado en mi mente por un sinfín de razones.
Atomic Habits de James Clear era el 8 en la lista de recomendaciones. El 1, 5, 6 y 7 ya los leí y las opciones 2, 3 y 4 no fueron de mi interés, así que me puse a investigar un poco sobre la octava recomendación, y acabé por audio-leer 2 veces el libro de Clear.
¡Qué gran descubrimiento!
Es difícil exponer un tema didáctico de una forma tan atractiva y eficiente para que los lectores podamos llevarlo a la práctica, pero Clear lo hace a la perfección. Hay pocos autores que hayan logrado lo mismo para mí - Malcolm Gladwell es otro de ellos, pero ya he leído todo lo que ha escrito, además que sus libros más recientes me han gustado menos.
De acuerdo con James Clear, para que un hábito se quede con nosotros debes hacer cuatro cosas:
Hazlo obvio.
Hazlo atractivo.
Hazlo fácil.
Hazlo satisfactorio.
Esta lista parece decir poco, pero una vez que dejas que Clear te lo explique te darás cuenta que dice muchísimo. Nuestros hábitos se vuelven "hábitos" 1) porque son obvios, es decir, están ahí en nuestra cara y por eso caemos en ellos [para bien y para mal], 2) porque son atractivos, es decir, cubren una necesidad o nos ofrecen algo que queremos, 3) son fáciles, como navegar en redes sociales con el clic de tu dedo en tu celular que tienes frente a ti puesto sobre la mesa; y 4) son satisfactorios, nos hacen sentir tranquilos, menos ansiosos, contentos, satisfechos, etc...
De hecho, el ciclo de un hábito consta de 4 etapas según Clear y estas 4 etapas se traducen precisamente en la lista que acabas de leer.
De acuerdo a este ciclo (señal, deseo, respuesta y recompensa), todo hábito se da porque hay una señal (aquello que lo hace obvio). Eso nos genera deseo, ansiedad de satisfacer lo que esa señal ha despertado en nosotros (lo que lo hace atractivo). Entonces viene nuestra respuesta (el acto) y finalmente la recompensa (la satisfacción que sentimos al satisfacer el deseo que sentíamos).
Un ejemplo simple de cómo funciona este ciclo se da cuando tu celular suena con ese sonido que tu cerebro reconoce como un mensaje de WhatsApp (la señal). Ahí empieza tu ansiedad de saber quién es, qué dice el mensaje; o para quienes lo ven directo en la pantalla bloqueada, la necesidad de responder (deseo). Lo que te lleva a la tercera etapa, el acto de tomar el celular y ver el mensaje o responderlo (respuesta); y finalmente a la satisfacción de haber cubierto tu necesidad de ver el mensaje o responderlo (recompensa).
Este ciclo puede ser utilizado también para analizar hábitos malos y eliminarlos. Si por ejemplo, te distraes fácilmente cada que suena algo en tu celular y esto te impide concentrarte para trabajar, cambiar la configuración de notificaciones de las diferentes apps de tu teléfono es algo que deberías hacer de inmediato, ya que eliminará las señales que te impiden concentrarte. Otra opción, para los menos tecnológicos, es dejar el celular en otra habitación o apagado o en mute y con la pantalla hacia abajo o lejos de tu alcance. De esta forma, impedirás las señales que te llevan a distraerte y caer en ese mal hábito de interrumpir tu flujo de concentración.
Ese ejemplo es simple y aplicable a muchas personas, pero hay muchos malos hábitos de los que ni siquiera somos conscientes. Y por supuesto, para eliminar las señales que disparan tus malos hábitos primero tienes que ser capaz de reconocerlas, algo que requiere un poco más de disciplina y esfuerzo pero que el autor explica fácilmente en su libro.
Clear te lleva de la mano con ejemplos y una exposición clara de como puedes aprovechar este ciclo a tu favor, en lugar de dejar que sea en tu contra. Durante años he escrito un poco de lo que leo, pero siempre a título personal, notas en mi bloc de notas digitales que me sirven para consultas futuras. En esta ocasión decidí, por primera vez, compartir parte de estas notas a manera de artículo para todos ustedes, no se, quizá lo haga nuevamente en el futuro, supongo que dependerá de que tanto me agrade lo que lea y que tanta valía puede, a mi juicio, tener para los demás.
Este libro sin duda me parece valioso y todo el mundo debería de tomarse el tiempo para leerlo, o cómo hice yo, escucharlo.
Por leerme, gracias. Hasta la próxima.
Muy buen articulo y muy cierto! Junto con todo lo que dijiste viene el reto de modificar los malos hábitos y crear buenos. Una tarea para hacer durante este periodo de cuarentena.