Mucho ha cambiado en el mundo y mucho ha avanzado la pandemia desde que escribí mi artículo de la semana pasada. Al momento que afino estas palabras, Lunes 23 de Marzo por la mañana, hay 192 países afectados, 350,000 infectados y más de 15,000 muertos. Hay que entender que estos datos son personas y ser sensibles a la gran tragedia que estos números representan. Italia suma ya más de 5,400 muertos y está siendo literalmente vapuleada por el virus. Y hay otros como Alemania, que aún cuando tienen un gran número de infectados tienen una tasa de mortalidad mucho menor y aún no ven saturado su sistema de salud. Fuente: https://covidly.com/summary.
Pero de lo que quiero hablar es de México, donde los pocos que me leen y yo vivimos.
Empezaré por definir el concepto de aprendizaje vicario - según Google "se conoce como aprendizaje vicario o aprendizaje social a aquel aprendizaje que se realiza por imitación. Por tanto, es aprender observando. Dicho con otras palabras, es la adquisición de las conductas mediante la observación".
México tiene la suerte de que esta pandemia le haya llegado después que a muchos otros países y esa fortuna deberíamos estarla utilizando para aprender vicariamente. El mundo es hoy un laboratorio que nos permite ver el resultado de las diferentes estrategias que han seguido los países que fueron y están siendo afectados antes que nosotros. Y sí, estoy de acuerdo que no es fácil sacar las conclusiones correctas cuando se observa, concuerdo con que podemos equivocarnos al observar y concluir algo erróneo, pero como diría Warren E. Buffett, prefiero estar aproximadamente bien que precisamente mal.
Como ya he mencionado antes en muchos de mis artículos, mi familia viene de España y muchos miembros de mi familia directa viven actualmente allí, por lo que tengo contacto diario con quienes hoy están viviendo algo impensable y pocas veces visto en la historia de la humanidad, desde luego no en la era moderna.
Pero antes de seguir quiero que te plantees una pregunta con la que yo llevo algunos días en mi cabeza después de leer el artículo "The Hammer and the Dance" de Thomas Pueyo. ¿Te parece que esta es una enfermedad de países ricos? Mi conclusión es un rotundo no, pero las estadísticas que hasta ahora existen parecen mostrar precisamente eso. ¿A qué me refiero? De la lista de países con mas de 1,000 infectados (25 países), la mayoría son países ricos. Tan sólo Irán, China, Turquía, Brasil y Malasia (5 de 25) no lo son.
La hipótesis a la que llega Pueyo es que los países como México (países en desarrollo) aún no tienen un número de infectados tan grande como el de los países ricos porque 1) el virus tarda más en llegar a los países comercialmente menos conectados o 2) porque los países pobres y los países en desarrollo no tienen una buena estructura de testeo y realmente no tienen ni idea de cuantos infectados hay.
Yo me quedo con el punto 2, no estamos testeando y realmente no sabemos cuánta gente está infectada. A continuación mis observaciones y mis conclusiones.
¿Qué observaciones hago de lo que hasta ahora he visto en el mundo?
Hay enfermos asintomáticos, es decir, no saben que están enfermos, pero igual contagian.
Algunos casos se complican y requieren de atención en una unidad de terapia intensiva, lo que está colapsando la capacidad de los sistemas de salud.
Hay países que decidieron hacer cuarentenas obligatorias para la población y otros que lo han hecho como cuarentenas sugeridas, a discreción de cada persona y comercio.
Los que han implantado cuarentena obligatoria lo están utilizando como su principal arma de defensa y otros con cuarentena sugerida o parcial están utilizando como su principal arma el testeo masivo, es decir, hacer pruebas a la mayor cantidad de gente posible.
Con estas observaciones iniciales revisé los números de pacientes graves y muertos en los diferentes países hasta ahora afectados en mayor medida y los comparé con el número de tests hechos hasta ahora. Poco se habla ya de China donde todo empezó, pero es uno de los países que más tests ha realizado y aunque la información de China es siempre opaca, para el 24 de febrero ya llevaban más de 320,000 tests practicados tan sólo en una de sus provincias, algo que estoy seguro influyó dramáticamente en su capacidad de contener el número de infectados y muertos. Visto lo visto, China lo ha hecho muy bien!
Australia, con 1,700 infectados ha realizado más de 113,000 tests (al 20 de marzo) y tiene sólo 7 muertos.
Corea del Sur, con poco menos de 9,000 infectados ha realizado mas de 316,000 tests (al 20 de marzo) y tiene sólo 111 muertos.
Alemania, con 26,000 infectados ha realizado mas de 167,000 tests (al 15 de marzo) y tiene sólo 111 muertos.
El común denominador de estos países es tests, tests, tests. No cuando ya está la epidemia fuera de control, no, desde sus primeros inicios. Para prueba de esto están Italia y España, ambos han realizado también muchos tests (Italia mas de 206,000 al 20 de marzo), pero ambos lo empezaron a hacer a gran escala y como prioridad una vez que todo estaba ya fuera de control.
¡Por cierto, al último corte publicado por la Secretaría de Salud en su Comunicado Técnico Diario Covid-19, en México sólo hemos realizado alrededor de 2,780 tests!
¿Por qué es importante hacer tests masivos?
Porque de acuerdo a la primera observación de mi lista hay enfermos asintomáticos, es decir, no saben que están enfermos pero igual contagian, así que si estuviéramos haciendo muchos tests podríamos detectar a estos enfermos antes que contagien a muchas personas. Si hacemos esto podemos aislar a los enfermos y entonces atacaremos a la segunda observación de mi lista, es decir, evitaremos un gran número de contagios y por lo tanto conseguiremos bajar el número de casos graves al mismo tiempo, lo que permitirá que el sistema de salud se de abasto para atender a aquellos casos que requieran de hospitalización.
¿Qué haría yo si fuese quién tomara estas decisiones en México?
Hacerme de un gran inventario de tests y reponerlo según se vaya utilizando.
Generar la infraestructura para hacer tests masivamente.
Prepararme con la mayor cantidad de unidades de terapia intensiva disponibles y aislarlas del resto de la gente hospitalizada.
Hacerme de accesorios médicos como mascarillas, alcohol en gel, guantes y medicamento suficiente para lo que vendrá.
Hacerme del personal cualificado necesario para atender la demanda de pacientes que pudiese haber.
Analicemos cada punto a continuación:
El punto 1 hoy ya no es fácil de resolver porque obviamente hay un gran número de países haciendo lo mismo, aunque desde luego que hay soluciones, USA, por ejemplo, acaba de suministrar más de 500,000 tests a laboratorios públicos y privados en el país. Hay que comprar cientos de miles de tests.
En el punto 2 en México estamos actuando igual muy mal, en lugar de regañar públicamente en las conferencias del presidente a laboratorios privados por decir que no pueden realizar las pruebas porque el gobierno no se los permite (tenga el fondo que tenga la historia), deberíamos estar preocupados por tener la mayor cantidad de laboratorios privados preparados y con tests para realizar pruebas y como gobierno tener un esquema claro de pago a estos laboratorios por cada test realizado a asegurados del IMSS y del ISSSTE. Hay que generar cientos, miles de sitios públicos y privados donde se puedan hacer tests a la población.
El punto 3 es por mucho el más complicado porque esta infraestructura es la que es y no puede generarse de la noche a la mañana -aunque pudimos habernos preparado hace semanas. En primer lugar hay que organizar las unidades de terapia intensiva de forma que haya zonas aisladas del resto de la población hospitalizada. Después hay que hablar con el gobierno Chino para entender cómo es que construyeron un par de hospitales temporales prácticamente de la noche a la mañana. ¿Por qué? Porque es posible que aun haciendo todo lo que aquí propongo exista un momento en la curva en que el número de enfermos con necesidad de atención hospitalaria sobrepase la capacidad del sistema de salud y me parece prioritario utilizar la experiencia de otros países para tener una capacidad de reacción similar a la que tuvieron los chinos. Hay que estar preparados para instalar rápidamente mayor capacidad de atención médica que la actual.
Y finalmente los puntos 4 y 5. Hay que estar listos con cientos de miles de mascarillas y guantes para suministrar a los profesionales que tendrán que atender a los enfermos. Hay que suministrarles uniformes y trajes especiales, así como material de desinfección, jabón y alcohol en gel. Es necesario reclutar más profesionales de los que hoy tiene el sistema de salud, seguramente habrá que traer de vuelta a gente retirada y echar mano de gente con una cualificación técnica inferior a la habitualmente requerida. Hay que tener los accesorios médicos y personal cualificado necesarios para atender la demanda de pacientes estimada y brindar las herramientas de trabajo y protección a los profesionales que lo hagan.
Hay que hacernos de un inventario de medicamento que por lo menos cubra el número de infectados que requerirán tratamiento según los modelos actuales de la OMS. ¿Qué medicamento? Alguno de los hasta ahora probados con mediano éxito en otros países. USA ya escogió el que utilizará, China utilizó otro. Hay que tener los medicamentos necesarios para brindar herramientas a los profesionales que estarán al frente de esta batalla.
Todo esto nos ayudará a evitar la saturación del sistema de salud, que está claro es el reto con el que no han podido los países que están siendo vapuleados por el virus. Y en cualquier caso a estar mejor preparados si el número de enfermos se dispara rápidamente.
¿Qué sigue?
Hasta hace una semana mi forma de pensar era que la cuarentena debería ser obligatoria, pero como dice Charlie Munger, cuando alguien me demuestra que estoy equivocado simplemente cambio de opinión. Hoy ya no pienso igual, mi punto de vista en este momento es que hay que tomar medidas de distanciamiento y protección y que la cuarentena debe ser sugerida o en su caso parcial pero no total. Ahora bien, esto siempre y cuando primero se genere la infraestructura y condiciones para seguir una estrategia similar a la que propongo en este artículo.
¿Esto quiere decir que pronto saldré de mi auto cuarentena?
Por ahora no! Mientras el gobierno no actúe de forma responsable y con mucho mayor inteligencia de la que ha demostrado, la mejor alternativa individual sigue siendo alejarse de los demás. Mis padres tienen ambos más de 65 años, en el caso de mi padre más de 70, por lo que además me parece muy importante que ellos estén también en cuarentena y que no estén cerca de mis hijos para evitar que los menores contagien a los mayores.
A continuación unos datos para poner en perspectiva el riesgo para los adultos mayores:
De acuerdo a las estadísticas la tasa de mortalidad para alguien de mi edad es 0.4%, es decir 1 de cada 250. La tasa de mortalidad estimada para alguien como mi padre, mayores de 70 años, es 8%, es decir 1 de cada 12.
Hace sólo unos días escuche una grabación de Naftali Bennett, Ministro de Defensa israelí, quien sugirió que cuidemos de los abuelos alejándonos de ellos, manteniendo a los nietos y a los más jóvenes alejados de los más viejos, algo que desde luego me parece muy acertado.
Es por todo esto que considero que si el gobierno reacciona y se hace de tests en gran escala y comienza a testear masivamente, además de prepararse estructuralmente para lo que viene tal como sugiero en este artículo o en su caso propone otra estrategia que tenga sentido y no sólo la de esperar a que llegue la ola; entonces me parece que la auto cuarentena será recomendable sólo para los adultos mayores y el resto de la población deberíamos intentar llevar una vida lo más cercano posible a normal, seguramente aún sin eventos masivos y manteniendo más cuidados de los habituales.
Pero en este momento y en este país no estamos en ese punto, así que a mantener la cuarentena.
La próxima semana volveré a hablar de este tema, pero intentaré hacerlo desde el punto de vista económico. La afectación económica de esta pandemia será bestial, posiblemente una de las peores crisis de la era moderna. En USA ya vislumbran un desempleo muy por encima de lo que las últimas dos décadas habían tenido. La industria del turismo y viajes en USA estima que se pueden perder 4.6 millones de empleos y la Asociación Nacional de Restaurantes, también en USA, predice que la industria perderá entre 5 y 7 millones de empleos. Hasta entonces, gracias por leer.
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